jueves, 12 de septiembre de 2019

Nos hemos acabado del todo.

- ¿En quién piensas cuando no piensas en nada?

Esperaba que contestara:

- En ti.

Pero se quedó callado, pensó la respuesta y luego me dijo:

- No me suele pasar.

Y nos callamos. Nos callamos demasiado, y nos dejamos de caer bien en la cama, y nos tropezamos, pero no sólo con los jueves, que siempre están en medio, sino también con los viernes y los sábados. Nos descompasamos en la vida y dejamos de pisarnos aposta. Yo quería subirme a sus pies para que viera que caminar juntos, aunque costara, era más divertido.

Le echo de menos ahora y echo vino blanco de más en la copa, por eso de no tener la copa vacía nunca.

No es por ser una cabrona pero prefería que el sol no saliese por las mañanas en mi cuarto o quitarle las pilas al reloj por eso de que no tuviese que echarle de mi lado demasiado pronto.

Y así enlazamos mis mediodías con sus medianoches y el resto del tiempo pensaba que estábamos hechos el uno para la otra, pero esas cosas, según él, nunca debían decirse, y yo nunca fui de hacer preguntas que no supiésemos responder.

Nunca me echó, pero tampoco me pidió que me quedara y yo pensaba en él cuando no pensaba en nada.

 "Nos hemos acabado del todo." 

Fuimos la pareja más imperfecta que podría haber existido y somos el amor más contradictorio que podríamos haber tenido. Yo sólo quiero que sepas terminar y dejar las cosas en su sitio. Si vamos a acabar, empieza acabando conmigo.

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