Benditas imperfecciones...

Sé lo difícil que es aceptarse a uno mismo, sé lo que cuesta levantarse cada mañana con ese nudo en la garganta que te hace darte cuenta de que estás solo. Yo también luchaba por encontrar a alguien especial, que me hiciese sentir las dichosas mariposas en el estómago, que me hiciese sentir la chica más afortunada y especial del mundo. Sólo me topé con personas que me hicieron odiar lo de fuera mucho más. Cuando alguien no valora lo poco o mucho que tienes de más está que seas mejor de lo que dicen... Acabas viéndolo todo con la misma venda que ellos tienen en los ojos. No hay personas feas, no hay imperfecciones, no hay errores, no hay fallos, no hay nada malo en nadie.. Es sólo que ser humano tiene sus consecuencias, la conciencia las tiene y por eso desde que empezamos a usarla hemos puesto una serie de moldes. ¿Quién ha dicho que pesar 45 kilos es bonito? ¿Quién cojones dijo que 60 es lo justo? ¿Quién eh? ¿Quién? Porque desde que nací sólo han hecho eso: criticar a los que salen de los límites,desgarrar los defectos ajenos para convertir personas con defectos en personas defectuosas.

No somos coches, no podemos cambiar la chapa que guarda el interior, no somos juguetes para andar cambiando ruedas, no somos muñecos como para vivir sin comer y sin beber. Somos personas, sí, PERSONAS y ¿sabéis qué? Estamos hechos de carne y hueso. Vivan los putos kilos de más, vivan los ojos pequeños, vivan las personalidades diferentes y viva la jodida diversidad. 

Vístete como quieras, ama a quien quieras, come lo que quieras siempre dentro de un ámbito saludable, ríe cada vez que te salga de las narices y recuerda que no hay aspiración en la vida, no hay palabras y no hay nada de nada. Ninguno de los que pisamos la Tierra existimos. Sólo existen nuestras ganas y nuestros verdaderos 'yo'. Vivid el momento queridos humanos, antes de que sea demasiad tarde y la perfección nos haya comido por los pies. ¿Eres feliz con quien eres? Sí, esa es la respuesta. 

Perfectas imperfecciones que hicieron de personas con defectos, personas defectuosas y, de ellas, personas libres y sin vendas en los ojos ni tapones en la boca. 

Mira, lo siento, hoy no me apeteces.
Hoy no estoy para tus gilipolleces.

Soy de las personas que piensa que todo tiene una razón de ser, y que todo llega, aunque pensásemos que jamás sería así.

Unas veces pienso que di la felicidad se camufla detrás de un nombre, una sonrisa, una palabra, unos kilómetros o simplemente siempre está ahí y llega cuando más la necesitas, dándote cuenta de que eres afortunado por ello.

Me gusta esa sensación de saber que otra persona, aún estando lejos, puede llegar a ser feliz ya que es algo que se merece, que nos merecemos todos, al fin y al cabo.

"Te trato como te mereces" es resumen de todo esto, ya que para mi, cada cual tiene lo que es, y hay personas grandes de corazón que se merecen aún más de lo que tienen, siempre.

Sed felices, que todo llega.

Somos lo que vemos y vemos lo que nos llena.

Sólo sé que somos un cúmulo de pequeñas subidas y bajadas, alegrías y penas, amores y odios. Sólo sé que somos lo que somos por lo que vivimos. Sólo sé que somos lo que queremos ser siempre que no preguntemos un "¿Por qué?".

Lo ideal sería vivir el momento y disfrutar, que si nos condicionamos al "¿Qué pasara?" quizás sólo pensemos en eso y no nos centremos en lo que tenemos delante, la realidad directa.

Las personas somos ventanas...

A veces creo que las personas somos como ventanas a una nueva dimensión, a otro mundo. Hay algunas que están abiertas y puedes ver lo que hay detrás sin problema pero, hay otras, que están cerradas y quizás esas que son las que más cueste abrir son las que detrás esconden algo muy interesante, un universo de cosas maravillosas y nuevas para nosotros, o quizás nada y sólo haya polvo y sillas viejas que no sirven ni para sentarse.

Somos como ventanas, y nosotros mismos desde dentro somos los únicos que podemos abrir para que desde fuera puedan ver lo que tenemos, o en algunos casos llega alguien y sin pedir permiso se cuela por tu ventana y se hace con todo lo de su interior. Y eso, amigos, a veces es lo mejor que nos ha podido pasar en la vida. Que alguien llegue, te descoloque todo y se quede para volver a colocarlo pero de una forma mejor.

... ventanas a algún lugar.

Soy lo que soy, no lo que otros piensan que soy.

Qué fácil es catalogar a otros sin tener idea de lo qué se dice, de a quién se dice y de por qué se dice.

En mi caso, hace poco me dijeron que mis textos eran muy malos y que no valían la pena ser leídos, que sólo soy una tía con un blog y con Instagram. Y aquí es cuando yo digo y dejo claro que nunca me he catalogado como escritora, ni lo pretendo, sólo soy una persona que pone lo que siente y piensa debajo de una foto o en una entrada de mi blog. De hecho, o que escribo lo escribo para mi, si no te gusta no lo leas, no estás obligado a hacerlo. Así que si lo que escribo no está a nivel de Góngora o de Quevedo es porque mi meta no es ser como ellos. Mi meta es ser mejor persona y escribir lo que quiero guste o no, siendo yo. Quizás haya gente que no entienda que yo no invierto más de cinco minutos en escribir esto y que lo hago por gusto y no por obligación. Así que si piensas que esto es una basura mírate a ti mismo y piensa si tú lo harías mejor o si en realidad me importa lo que tu hagas. Cuando lo que debería importarte es que te guste a ti porque lo que plasmas es algo tuyo para ti y no para otros... Como bien se dice " si no te gusta no mires, nadie te obliga". Criticar por aburrimiento dice mucho de tus valores. Y no es miedo a la crítica, es asco a os idiotas que van de críticos profesionales, que son los que más deben callar. Es martes, qué más se puede pedir. Feliz tarde :)

Ya sabéis, "detalles"....

Me gusta pensar que los pequeños momentos son como los detalles, siempre se agradecen.

Al fin y al cabo somos eso, momentos que vivimos o nos hacen vivir, que nos hacen estar felices o tristes. Quizá suene mal, pero en el mayor de los casos nuestro estado de ánimo "depende" de los demás y de cómo nos hagan sentir. Y diréis "no, no siempre", y yo os digo "por eso he dicho 'casi siempre'", ya que en un elevado porcentaje depende de nosotros mismos que los afecte o no, ya sea para bien, para mal o para regular.

Siempre digo que lo importante en realidad es saber apreciar esos "detalles", "momentos", "respiraciones",  llamadlo como queráis; porque si no somos felices ahora, ¿cuándo lo seremos? No hay más vida que la presente, así que dad gracias por lo que tenéis alrededor, ya que cualquier mínimo momento puede ser grandioso si se aprecia como es debido.

No hay peor ciego que el que no quiere ver...

Dicen que al mal tiempo, buena cara, que después de la tormenta siempre llega la calma. Que quien no arriesga no gana, que quien sigue la consigue. Pero que al fin y al cabo las cosa no cambian. Que no por mucho madrugar amanece más temprano, pero que a quien madruga Dios le ayuda. QUE TODO LO QUE SUBE BAJA, pero que agua que pasa no mueve molinos. También dicen que todo el mundo merece una segunda oportunidad, pero que las segundas partes nunca son buenas. Que si te pica te rascas, porque todo lo que escuece cura. Que quien no corre vuela, que ya sabes que las apariencias engañan pero no todo lo que reluce siempre es oro. QUE QUERER ES PODER Y HACE MÁS EL QUE QUIERE QUE EL QUE PUEDE, pero que quien todo lo quiere todo lo pierde. Además que de donde no hay no se puede sacar.

Y mira, qué quieres que te diga quien avisa no es traidor , que si te he visto no me acuerdo y que a rey muerto rey puesto.

El peor adiós es el último.

Sabes que tienes que ser fuerte pero te derrumbas a la mínima y las lágrimas empiezan a brotar por tus ojos. Hasta el día de hoy él era la persona que te hacía más feliz y al que más querías. Él era el único que te sacaba sonrisas auténticas cuando estabas mal. Él te daba abrazos sin motivos. Él te susurraba "te quiero" tartamudeando. Él se ponía nervioso al mirarte a los ojos. Él tenía miedo de perderte. Te prometió que estaría a pesar de que todo se acabara. Pero todo ha cambiado. 

Él está haciendo feliz a otra. Él se ha olvidado de ti y de la promesa que te hizo aquel día. Él ya no contesta a tus mensajes y tu te has cansado de no recibir respuesta. Él ya no te quiere. Él ya no está. 

Te acuestas en la cama, te pones los auriculares, subes la música a todo volumen, cierras los ojos y dejas caer una última lágrima mientras escuchas "vuestra canción". 

¿Qué es de, cariño, de ti qué es?

Hace ya bastantes madrugadas que no visitas mis sábanas, que me está pidiendo a gritos que vuelvas, supongo que te echarán de menos y no hace falta que diga que yo también, que desde que te marchaste mi vida ha cambiado y no creo que vuelva a ser la misma hasta que el remolino de recuerdos desaparezca. Pero tampoco me apetece ser la que era antes cuando estaba contigo. No quiero volver a sentirme tan extrañamente bien por ningún ser que no seas tú. No me place compartir mis labios con nadie si no es contigo. ¿No lo recuerdas cariño? Dijiste que nunca dejarías que alguien experimentase la sensación de probar mis labios, y ahora... Ahora todo lo que me dijiste está en el aire.. Las palabras van sin rumbo. Supongo que irán a otros oídos a los que les prometas lo mismo.

Me haces falta como nunca. Lo único que conseguiré será dejar de lado las rutinas contigo, las sonrisas que se me dibujaban en el rostro inconscientemente al verte, lo especial que era hacer absolutamente todo contigo. Ya que te marchaste podrías por lo menos tomarte las molestias de volver para explicarme cómo conseguir que me duela menos tu ausencia. Que tú me duelas menos.

Mírame, soy fuerte.

Mírame que fuerte soy. Me resbala si follas o si fallas. Si estudias o si prefieres trabajártelas.
Si odias los domingos o si vas hablando mal de mi por ahí. Si eres victoria o fracaso. Si te sigue faltando cerebro o si te sigue sobrando de ahí abajo.

No me han quedado cicatrices de la ostia que nos pegamos, ni refugios, ni paisajes. Ni canciones que recordar. Ahora soy invencible, imperfecta, sincera y rápida.

Vuelvo a las andadas, que maravilla, ostias, quién me lo diría.

21 de Octubre de 2013.

Y es que ya ha pasado casi un año, cariño. No me lo puedo creer.

Recuerdo como si fuesen ayer nuestras tardes llenas de risas y de piques tontos, de sonrisas y de complicidad. Recuerdo ese 10 de Noviembre, la primera vez. ¡Qué nerviosa estaba! Y, al final, todos esos nervios valieron la pena. Fue el mejor día, con diferencia, de toda mi vida.

Y ahora que han pasado unos meses quiero darte las gracias por aquellos días de Octubre, por esos días especiales de Noviembre, por Diciembre, por Enero y por esos últimos días de Febrero. Brindo por todos los meses vividos contigo, tanto por los buenos como por los malos. Gracias por hacerme creer que entre el blanco y el negro existe el gris. Gracias por lo que tú y yo sabemos y por lo que nadie sabrá jamás. Y perdón. Perdón por no saber hacerlo mejor.

Y para terminar, te digo que si me diesen a elegir de nuevo, te volvería a escoger sin duda porque, ¡qué jodidamente increíble fue quererte cariño!