Me gusta pensar que los pequeños momentos son como los detalles, siempre se agradecen.
Al fin y al cabo somos eso, momentos que vivimos o nos hacen vivir, que nos hacen estar felices o tristes. Quizá suene mal, pero en el mayor de los casos nuestro estado de ánimo "depende" de los demás y de cómo nos hagan sentir. Y diréis "no, no siempre", y yo os digo "por eso he dicho 'casi siempre'", ya que en un elevado porcentaje depende de nosotros mismos que los afecte o no, ya sea para bien, para mal o para regular.
Siempre digo que lo importante en realidad es saber apreciar esos "detalles", "momentos", "respiraciones", llamadlo como queráis; porque si no somos felices ahora, ¿cuándo lo seremos? No hay más vida que la presente, así que dad gracias por lo que tenéis alrededor, ya que cualquier mínimo momento puede ser grandioso si se aprecia como es debido.
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