A veces creo que las personas somos como ventanas a una nueva dimensión, a otro mundo. Hay algunas que están abiertas y puedes ver lo que hay detrás sin problema pero, hay otras, que están cerradas y quizás esas que son las que más cueste abrir son las que detrás esconden algo muy interesante, un universo de cosas maravillosas y nuevas para nosotros, o quizás nada y sólo haya polvo y sillas viejas que no sirven ni para sentarse.
Somos como ventanas, y nosotros mismos desde dentro somos los únicos que podemos abrir para que desde fuera puedan ver lo que tenemos, o en algunos casos llega alguien y sin pedir permiso se cuela por tu ventana y se hace con todo lo de su interior. Y eso, amigos, a veces es lo mejor que nos ha podido pasar en la vida. Que alguien llegue, te descoloque todo y se quede para volver a colocarlo pero de una forma mejor.
... ventanas a algún lugar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario