Hola 2019, debería empezar por presentarme, sé que todavía no has llegado, pero estás a la vuelta de la esquina. Te espero con todas las ganas, soy la chica
que te ha dejado hueco en la cama para que la sorprendas cada
mañana.
Verás, voy a ser sincera durante un rato. Durante este año he vivido mucho, he vivido
de verdad. Tengo cicatrices en el cuerpo por las batallas de este año, unas las llevo en el corazón y otras a simple vista. Han habido personas que me han marcado el alma. Me he dejado la piel con los que han merecido la pena y les he
dicho adiós a aquellos que decidieron marcharse. Han entrado también personas increíbles en mi vida a principios de año con las que espero seguir compartiendo risas, besos, abrazos y muchos momentos mágicos como este año. He puesto el corazón en cada cosa que he hecho este año. Los miedos a veces me visitaron de madrugada
pero he aprendido a vivir con ellos. He viajado, he conocido lugares que
enamoran, y personas que enamoran aún más. Me he equivocado, la he cagado 2018 veces por decir un número,
porque la lista es mucho más larga. He aprendido, y si no lo he
hecho ya lo haré en el futuro.
Querido 2019 quería pedirte algo. Sé que faltan aún 39 días para que llegues, sé que no me conoces, sé que llegarás entre risas, música, campanadas y copas de más. Presenciarás la
primera resaca, los regalos, los te quiero y las ganas. Por ello, quería
pedirte que me trates bien, que sí, que venga lo que tenga que venir,
que pase lo que tenga que pasar, pero que seas bueno, que las lágrimas
no superen a la risa, que me veas luchar y triunfar y que me regales la
vida. Quiero que este año sea un cuento con final feliz, con obstáculos,
batallas a capa y espada, versos, amor, amistad, salud…lo que se pide
siempre. Pero además, por pedir, te pido que cuides de los míos. Que cuides de los nuevos miembros de la familia y a los que están por llegar. Incluso te pediré que cuides de los que se han ido, de los que un día estuvieron y decidieron dejar de estar. Te pediré que cuides de Ele, de Grinch y de Max.
Querido 2019, ¿sabes qué? No estaba
deseando tu llegada porque cuando llegas significa
que el tiempo pasa, que el Peter Pan que llevo dentro ha crecido y que se cierra una nueva
etapa aunque no lo parezca. Ya sabes el miedo que me dan los cambios y más
cuando no sé lo que me depararán. El futuro está en tus manos, y en
las mías, así que prométeme que serás bueno, que quiero que cuando llegue tu
último segundo mi yo más sincero suplique que te quedes…Pero ya sabemos
que no todo es para siempre, así que por favor, querido 2019, haz que
dure, haz que sienta, haz que viva sin prisas.
Sorpréndeme, y no me falles, que tengo 2019 y alguna razón de más para ser feliz.
Atentamente, Alexandra.
jueves, 22 de noviembre de 2018
Carta a ti, travesura realizada.
No hace falta contar los días que han pasado, los kilómetros que nos separan (aunque vivas a menos de 60 km de mi) o las personas que nos distancian. No lo necesito. Fuiste la pieza principal del puzzle, esa que ya no encaja ni a presión, que vive de sueños e ilusiones que ya no coinciden con los míos.
Gracias por haberme enseñado a llorar, por haberme vuelto fuerte, por haber bombardeado a besos mis mejillas. Gracias por hacer que sintiera amor, ese algo que a gente como yo le daba miedo sentir. Tú, mi travesura realizada, has
conseguido que aprenda a golpes, a palabras y sin libros.
Así, sin magia ni trucos te fuiste o me
marché yo, quién sabe. De aquello que construimos entre los dos, solo quedan los huesos y hoy somos
como dos extraños que no tienen el valor de mirarse a la cara.
Nunca he llegado a odiarte. Había veces que pedía que
volvieras arrepentido, ahora sólo sonrío cuando alguien se llama como
tú, después se me hace una bola en el estómago y de nuevo revivo. Porque el tiempo ha pasado, las heridas han cicatrizado y yo he crecido, pero no a tu lado.
Hoy brillo más que nunca, me hiciste
daño, incluso sé que yo a ti también te lo hice, aunque debo decir en mi defensa que nunca lo hice intencionadamente. Aprendí a querer sin barreras, a amar a fuego lento. A fijarme más en los defectos de la otra persona y a acabarla queriendo incluso más por eso mismo.
Hoy te doy las gracias por haberme mostrado
otro mundo que no era ni blanco ni gris, sino que tenía el mismo color que tenían tus
mejillas cada vez que salías de nadar, y que, aunque ya no estés, sé que todo sigue igual.
Gracias por haberme convertido en la persona que soy a día de hoy,
y puedes estar tranquilo,
no puedo odiarte,
y mucho menos te tengo rencor.
Porque al fin y al cabo, al igual que alguien se enamora locamente de una persona, también tiene derecho a desenamorarse. Sin embargo, también vengo a advertirte de que
el día que me olvides por completo, de la nada, sin quererlo, apareceré de nuevo en tu cabeza, soy así, yo no duelo, yo marco, me quedo
tatuada en tu piel y me esposas a tu pecho, queriendo o sin
querer.
Simplemente gracias por todo, a ti, travesura realizada.
lunes, 29 de octubre de 2018
La chica del pasado.
Querida sustituta,
ahora que tú eres la que le da la mano, quiero contarte unas cosillas, breves, pero importantes.
Antes de nada, quería pedirte que te dejes llevar, que es alucinante la velocidad con la que se le puede llegar a querer.
Posiblemente no me nombre muy a menudo, o puede que sí, pero seguramente lo haga lo más mínimo. Le entiendo. Ahora mismo yo sólo represento la palabra "pasado" en su vida y tú eres el "futuro". Y ojalá seas su futuro durante mucho tiempo.
Ni puedo ni quiero decirte cómo le gustan las cosas, o cómo se hace querer, porque eso es algo que o ya has aprendido o con el tiempo lo irás aprendiendo. Día a día a su lado lo irás descubriendo.
Te diré que le encantan las series, aunque es más de películas y que abraza como nadie en el sofá en invierno.
Le gusta demasiado hablar, de hecho, diría que no calla, pero siempre aprenderás algo nuevo con él.
No le pongas a Vetusta Morla si no quieres un concierto en medio de la Plaza Mayor. "Un día en el mundo" es su canción favorita y te aseguro que puede cantarla a todo pulmón si se lo propone, sin importarle nada más. Aunque a lo mejor ahora ha dejado de escucharla tanto, por los recuerdos que pueda traerle.
Más veces de las que le gustaría el orgullo le puede, pero siempre acaba volviendo donde es feliz y donde le hicieron reír.
Tiene muchas ambiciones en la vida, diría que más ambiciones que sueños tontos. Es muy realista, créeme, para cada problema tiene una solución. Se encargará de hacerte ver la vida desde otra perspectiva.
En cuanto a ti, tú siempre serás la preferencia. Sólo tendrá ojos para los tuyos, espero que haya aprendido a centrarse en las cosas importantes.
Tengo que avisarte de que discutiréis, y no poco, pero lo mejor viene después.
En serio, quiérele, quiérele como se merece. Ni un poquito más ni un poquito menos. Ámale con todo lo que tengas.
Aunque él me ha hecho más daño que nadie y yo crea en el karma, no le hagas daño, por favor, ese dolor no se lo deseo a nadie. Ni siquiera a él.
Vas a conocer al hombre que te cambiará la vida, como un día lo hizo conmigo.
Te soy muy sincera cuando te digo que quiero que seáis muy felices.
Ojalá te dé a ti lo que prometió darme a mí en su día.
Atentamente,
la chica del pasado.
ahora que tú eres la que le da la mano, quiero contarte unas cosillas, breves, pero importantes.
Antes de nada, quería pedirte que te dejes llevar, que es alucinante la velocidad con la que se le puede llegar a querer.
Posiblemente no me nombre muy a menudo, o puede que sí, pero seguramente lo haga lo más mínimo. Le entiendo. Ahora mismo yo sólo represento la palabra "pasado" en su vida y tú eres el "futuro". Y ojalá seas su futuro durante mucho tiempo.
Ni puedo ni quiero decirte cómo le gustan las cosas, o cómo se hace querer, porque eso es algo que o ya has aprendido o con el tiempo lo irás aprendiendo. Día a día a su lado lo irás descubriendo.
Te diré que le encantan las series, aunque es más de películas y que abraza como nadie en el sofá en invierno.
Le gusta demasiado hablar, de hecho, diría que no calla, pero siempre aprenderás algo nuevo con él.
No le pongas a Vetusta Morla si no quieres un concierto en medio de la Plaza Mayor. "Un día en el mundo" es su canción favorita y te aseguro que puede cantarla a todo pulmón si se lo propone, sin importarle nada más. Aunque a lo mejor ahora ha dejado de escucharla tanto, por los recuerdos que pueda traerle.
Más veces de las que le gustaría el orgullo le puede, pero siempre acaba volviendo donde es feliz y donde le hicieron reír.
Tiene muchas ambiciones en la vida, diría que más ambiciones que sueños tontos. Es muy realista, créeme, para cada problema tiene una solución. Se encargará de hacerte ver la vida desde otra perspectiva.
En cuanto a ti, tú siempre serás la preferencia. Sólo tendrá ojos para los tuyos, espero que haya aprendido a centrarse en las cosas importantes.
Tengo que avisarte de que discutiréis, y no poco, pero lo mejor viene después.
En serio, quiérele, quiérele como se merece. Ni un poquito más ni un poquito menos. Ámale con todo lo que tengas.
Aunque él me ha hecho más daño que nadie y yo crea en el karma, no le hagas daño, por favor, ese dolor no se lo deseo a nadie. Ni siquiera a él.
Vas a conocer al hombre que te cambiará la vida, como un día lo hizo conmigo.
Te soy muy sincera cuando te digo que quiero que seáis muy felices.
Ojalá te dé a ti lo que prometió darme a mí en su día.
Atentamente,
la chica del pasado.
lunes, 15 de octubre de 2018
conversaciones.
Una noche como la de hoy, cuando menos te lo esperas, tu mente empieza a recorrer cada una de las
pequeñas cajas fuertes que hay en ella. Cajas fuertes un poco especiales, unas que no tienen candado y que no necesitan ni llave ni código de seguridad para abrir, unas cajas que se abren así, sin más, sin pretenderlo siquiera. A veces se abren para bien y otras
para mal, pero nunca podrás controlarlo.
Dentro de muchas de estas cajas se almacenan unas
conversaciones no tan cualquieras y que, sin comerlo ni beberlo, salen sin más, salen de dentro. Unas son conversaciones simples. Otras tantas conversaciones cortas. Conversaciones más largas de lo que deberían ser. Conversaciones sin sentido. Conversaciones por conversar.
Conversaciones contigo.Y hazme caso que de estas últimas hay muchas, muchísimas y no terminan por mucho que nos quedemos sin temas de conversación.
En nuestras conversaciones hay deseo e ilusión por algo que vendrá sí, pero nunca tristeza.
Conversaciones para convencerte de que yo más, siempre. Conversaciones para demostrarme que tú sabes de todo más que yo, siempre. Conversaciones para imaginar un
futuro, nuestro futuro juntos. Conversaciones de dos enamorados. Y esos dos somos tú y
yo. Como otras veces, como siempre. Dos enamorados que seguirán
almacenando conversaciones hasta que su mente no les deje conversar
más.
domingo, 7 de octubre de 2018
Ven a equivocarte conmigo.
Si piensas renunciar a ser perfecto, ven a equivocarte conmigo. Cuando no te importen los rasguños ni las heridas. Porque mientras haya
tiritas que puedan pegarse a base de besos, y cicatrices que puedan
coserse a base de abrazos, el resto puede que termine convirtiéndose
en un todo. Con tantos “para siempres” vamos encargándole al futuro todo
aquello que no somos capaces de construir hoy. Que es mejor querer a
corto plazo, bajo intervalos reales de tiempo, que desquerer después,
con el amargo sabor de aquellas decepciones que son las que más
duelen, las que tenemos con nosotros mismos.
Por eso voy a quererte como se quieren las cosas que realmente se disfrutan: aquí y ahora. Con la única condición de que quererte a ti nunca signifique quererte más de lo que debería quererme yo. La única persona para la que un “para siempre” nunca debería ser condición, sino obligación.
Y de esta manera, poquito a poco, tu nombre será el destino de mi próximo viaje. Embarcaré en tus abrazos a tus primeros latidos para subirme a tus pestañas después. A continuación me sentaré justo en tu mitad porque, aunque no necesito una salida de emergencia, quiero notar cómo se vuela el mundo sobre tus alas.
Porque quién necesita aviones teniéndote a ti.
Y es que tantos años investigando y yo tan pocos para descubrir que el universo puede leerse en braile bajo cada uno de los lunares de tu espalda. Para qué querré pisar la luna si, sin esfuerzo, consigo sentirme en ella cada vez que tus comisuras se deshacen de su timidez. Cada vez que además de en destino, me conviertes en el motivo de cualquiera de tus sonrisas. Por eso ven.
Tenemos razones suficientes por las que equivocarnos. No me guíes, acompáñame. Porque quiero una mano que me levante cuando tropiece e, incluso, que esté dispuesta a tropezar conmigo. Que yo nunca he tenido paciencia para leerme las instrucciones. Que yo siempre he sido más de corazón, intuición y ensayo-error. Ensaya conmigo.
Y cuando confort se convierta en conformismo, avísame. Porque si algún día nos convertimos en error y dejamos de vibrar, al menos, no podremos recriminarnos el no habernos intentado.
Por eso voy a quererte como se quieren las cosas que realmente se disfrutan: aquí y ahora. Con la única condición de que quererte a ti nunca signifique quererte más de lo que debería quererme yo. La única persona para la que un “para siempre” nunca debería ser condición, sino obligación.
Y de esta manera, poquito a poco, tu nombre será el destino de mi próximo viaje. Embarcaré en tus abrazos a tus primeros latidos para subirme a tus pestañas después. A continuación me sentaré justo en tu mitad porque, aunque no necesito una salida de emergencia, quiero notar cómo se vuela el mundo sobre tus alas.
Porque quién necesita aviones teniéndote a ti.
Y es que tantos años investigando y yo tan pocos para descubrir que el universo puede leerse en braile bajo cada uno de los lunares de tu espalda. Para qué querré pisar la luna si, sin esfuerzo, consigo sentirme en ella cada vez que tus comisuras se deshacen de su timidez. Cada vez que además de en destino, me conviertes en el motivo de cualquiera de tus sonrisas. Por eso ven.
Tenemos razones suficientes por las que equivocarnos. No me guíes, acompáñame. Porque quiero una mano que me levante cuando tropiece e, incluso, que esté dispuesta a tropezar conmigo. Que yo nunca he tenido paciencia para leerme las instrucciones. Que yo siempre he sido más de corazón, intuición y ensayo-error. Ensaya conmigo.
Y cuando confort se convierta en conformismo, avísame. Porque si algún día nos convertimos en error y dejamos de vibrar, al menos, no podremos recriminarnos el no habernos intentado.
viernes, 5 de octubre de 2018
Venga, va.
Tengo un plan perfecto preparado para ti. Consiste
en coger un avión un martes a las ocho y cuatro minutos de la
mañana dirección a la ciudad más bonita del mundo. Sería un plan corto,
de esos que cuando terminan te dejan con ganas de más, que básicamente
consistiría en invitarte a tomar un café en el balcón de un hotel con
vistas a la Torre Eiffel, contarté allí mis planes de futuro, que
me encantaría poder escribir algún día un libro con un protagonista que
enamore tocando el piano tan bien como lo haces tú, o escribir un
libro contigo que hable de nosotros sin ser nosotros; y volver a coger
el avión para llegar de nuevo a este parque al día siguiente, volver
a mirarte como se mira lo increíble desde la fila de detrás.
Y es que nunca he visto unos
iris tan llenos de ilusión, una mirada que me advirtió de que si empezaba
a quererte esto podría ser una muerte perfecta, la sentencia definitiva
que tanto andaba buscando. Ese plan del que te hablaba incluye que si
quieres te puedo invitar a ser feliz, pago yo, por supuesto, que me han
contado que eres el chico de la sonrisa bonita y el corazón roto, y yo
tengo aquí unos cuantos versos dedicados para ti que podrían
coserte. También puedo invitarte a que te quedes en mi cuerpo, que hay
cicatrices de sobra como para que les pongas nombre y las visites cada
día para evitar la hemorragia en cualquier momento. Y no sé cuánto
tiempo le quedará a París; pero se merece vernos saltar juntos sobre sus
charcos y que su cielo sienta vértigo cuando le miren tus ojos.
lunes, 24 de septiembre de 2018
Esta es la última vez que te escribo.
Me dijeron una vez que, cuando no podemos expresar nuestros sentimientos porque las palabras se empeñan en no salir, cuando no nos va a escuchar quien tiene que hacerlo o cuando, simplemente, es mejor quedarse en silencio, lo mejor es escribirlo. Y funciona. Me funcionó en su momento. Hoy, después de meses, me he vuelto a sentir como en aquellos tiempos y me he reconocido, tiempo atrás, en una situación similar. Por ello, voy a escribir lo que siento. Pero seré sincera por última vez. Venga lo que venga después, no volveré a hablar del tema.
No se trata de rencor, no se trata de querer y no poder. Que no quisiéramos cambiar nada, de nada serviría poder hacerlo. Simplemente, se trata de leer estas palabras, y sobre todo, de que alguien las lea. (Sé que la persona que tiene que leer esto lo hará, con eso me basta). Porque en algún momento de mi vida alguien me dejó marchar, y aunque haya llovido bastante desde entonces y sus huellas se hayan borrado por completo, de vez en cuando, recuerdo que un día alguien me dejó marchar. Y hoy, simplemente, quiero darle las gracias porque sin él, y esos días grises, hoy todo sería diferente. Por lo que, a quien me dejó marchar le doy las gracias por haberme construido.
Hubo días malos. No vamos a fingir que no ha sido así. Hubo días muy malos. No sé si los hubo para ti, me imagino que sí. Cuando algo se acaba, aunque una de las partes esté totalmente convencida, siempre duele. No porque tengamos alguna duda, ni porque no lo deseemos, sino porque en algún momento, cuando todo comenzó, pensamos que el final no llegaría nunca. Y sin embargo, llegó, porque todo se acaba, de una manera u otra.
Pero también hubo días buenos. En los que comparo, y me doy cuenta de que tal vez es mejor así. Y que, probablemente, hubiera sido mejor así desde hace más tiempo del que queríamos creer. Que nos aferramos tanto a algo, simplemente por rutina o por comodidad, que olvidamos todo lo bueno que nos estamos perdiendo.
No te deseo nada malo, de hecho, espero que encuentres el amor y, que esta vez, no tenga punto final. Que esta vez sepas valorar lo que tienes al lado. A veces, simplemente, las cosas no salen como queremos. Que esa frase de “no eres tú, soy yo” tiene más sentido de lo que queremos creer. ¿Que qué pasó? La vida. De nada sirve estar con alguien por pena o compromiso, simplemente es alargar lo inevitable. Has de saber también que las cosas se pudieron hacer mejor, pero que tampoco es fácil. Que los hechos se van desencadenando un poco al azar y otro poco con la mala suerte. Podríamos haber estado a la altura y ninguno de los dos lo hizo, no vale ahora echarse en cara cosas del pasado.
No lo sé. No sé qué pudimos haber sido. Y ahora, la verdad, no me importa. Me importó en su momento, y esa idea rondó por mi cabeza hasta que mi imagen de ti se difuminó y se perdió entre mis
recuerdos. Porque, si algo tengo claro, es que siempre permanecerás ahí, en alguna parte de mi memoria, como alguien especial. Que si nos encontramos, no quiero que actuemos como desconocidos, porque si algo duele realmente es fingir que algún día no fuiste importante para mí.
recuerdos. Porque, si algo tengo claro, es que siempre permanecerás ahí, en alguna parte de mi memoria, como alguien especial. Que si nos encontramos, no quiero que actuemos como desconocidos, porque si algo duele realmente es fingir que algún día no fuiste importante para mí.
Pero alguien ocupó tu lugar. Y, obviamente, alguien ocupó el mío. Y así es como ha de ser, no quiero huecos vacíos en ningún corazón. Pero también tengo que decir, a quien me dejó marchar, que es una decisión con la que tendrás que cargar el resto de tus días. Que puedo prometerte, que jamás encontrarás alguien como yo, al igual que estoy segura que nunca conoceré a nadie como tú. Porque todos somos únicos, inigualables, especiales desde los pies a la cabeza. Que nadie te volverá a mirar con los mismos ojos, ni te sonreirá de la misma manera. Que nadie volverá a hacerte reír del mismo modo. Que nadie volverá tampoco a cabrearte de la misma manera. Ni a hacerte llorar. Tampoco nadie intentará sorprenderte siempre de la manera que yo lo hacía. Y tal vez, en algún momento, cuando creas que me olvidaste, alguien pasará a tu lado con mi perfume, que resulta ser el mismo que usas tú y que tantas veces te robaba, y durante unos segundos volverás tiempo atrás. Y pensarás. Pensarás en mí y en esos momentos.
¿Sabes qué creo? Que un día cualquiera, una mañana cualquiera, después de un tiempo, te despertarás con alguien a tu lado y te darás cuenta de que me echas de menos.
Hay historias que nunca acaban pero, del mismo modo, hay otras que nunca llegaron a empezar. Te deseo lo mejor a ti, a quien me dejó marchar, por hacernos libres.
lunes, 9 de abril de 2018
Carta número 100.
Sábado, 24 de Marzo, 2:57.
Volver - Morgan.
Nunca se me ha dado bien hablar de sentimientos, así que sentada aquí, en la terraza de mi casa a las 3 a.m. prefiero escribirlos en esta carta. Si soy sincera conmigo misma no sé si seré capaz de decírtelo algún día, o si quiero, o si por casualidad llegarás a leerlo tú mismo; supongo que esto serán unas cuantas hojas más escritas en sucio, un par de papeles olvidados en el fondo del cajón.
Necesito abrirme en canal una vez más. Llevo varios días queriendo mantener la esperanza por si acaso algún día decides volver, pero esto es la vida real. La vida en la que nuestros caminos se separan y no sé si algún día volverán a juntarse. Quiero, o quería, ya no estoy segura, creer que nosotros seríamos la excepción y que todo esto saldría bien. Me equivoqué. Me estoy dando cuenta de que a partir de ahora las cosas no serán fáciles. Ahora, cada vez que me miro al espejo, me acuerdo de ti y de cómo me enseñaste a quererme. Incluso después de dos meses, la gente me sigue preguntando por ti. Siento que el mundo se ha puesto en mi contra y está haciendo que te recuerde y te eche de menos (de hecho, llevo varios días haciéndolo).
Juro que estoy intentando volver a mi vida de antes, de sonreír, de salir y disfrutar con mis amigos, pero es que no puedo. No es fácil volver a la rutina cuando la rutina era estar contigo. Ahora, cada vez que suena el teléfono, mi corazón empieza a bombear sin control deseando que seas tú y siempre acaba llevándose una decepción, ya no aparece tu nombre en la pantalla. Estoy empezando a echar de menos que me piques, que te metas conmigo y sobretodo, echo mucho de menos que me digas que me quieres así de la nada y porque sí, porque te apetece decírmelo y que mi sonrisa de tonta haga acto de presencia.
Sólo quiero pedirte una cosa. Quiero que hagas todo lo que no has podido hacer conmigo. Que demuestres a todos lo que vales, pero principalmente que te lo demuestres a ti mismo. Prométeme que te sacarás la carrera, que te seguirás dedicando a la natación y que llegarás a ser todo lo que siempre quisiste ser aunque yo no esté contigo para verlo. Estoy segura de que llegarás a conseguir todo lo que te propongas y aquí, en medio de Madrid, habrá una chica súper orgullosa de ti.
Quiero que te enamores, que encuentres a alguien y la dejes ser la primera en todos los sentidos de la palabra. Dile que te cuide, que te mime cuando estés malo o que te escuche cuando le cuentes tus batallitas.
Si la encuentras dile que una chica como yo se muere de la envidia por no ser ella.
Volver - Morgan.
Nunca se me ha dado bien hablar de sentimientos, así que sentada aquí, en la terraza de mi casa a las 3 a.m. prefiero escribirlos en esta carta. Si soy sincera conmigo misma no sé si seré capaz de decírtelo algún día, o si quiero, o si por casualidad llegarás a leerlo tú mismo; supongo que esto serán unas cuantas hojas más escritas en sucio, un par de papeles olvidados en el fondo del cajón.
Necesito abrirme en canal una vez más. Llevo varios días queriendo mantener la esperanza por si acaso algún día decides volver, pero esto es la vida real. La vida en la que nuestros caminos se separan y no sé si algún día volverán a juntarse. Quiero, o quería, ya no estoy segura, creer que nosotros seríamos la excepción y que todo esto saldría bien. Me equivoqué. Me estoy dando cuenta de que a partir de ahora las cosas no serán fáciles. Ahora, cada vez que me miro al espejo, me acuerdo de ti y de cómo me enseñaste a quererme. Incluso después de dos meses, la gente me sigue preguntando por ti. Siento que el mundo se ha puesto en mi contra y está haciendo que te recuerde y te eche de menos (de hecho, llevo varios días haciéndolo).
Juro que estoy intentando volver a mi vida de antes, de sonreír, de salir y disfrutar con mis amigos, pero es que no puedo. No es fácil volver a la rutina cuando la rutina era estar contigo. Ahora, cada vez que suena el teléfono, mi corazón empieza a bombear sin control deseando que seas tú y siempre acaba llevándose una decepción, ya no aparece tu nombre en la pantalla. Estoy empezando a echar de menos que me piques, que te metas conmigo y sobretodo, echo mucho de menos que me digas que me quieres así de la nada y porque sí, porque te apetece decírmelo y que mi sonrisa de tonta haga acto de presencia.
Sólo quiero pedirte una cosa. Quiero que hagas todo lo que no has podido hacer conmigo. Que demuestres a todos lo que vales, pero principalmente que te lo demuestres a ti mismo. Prométeme que te sacarás la carrera, que te seguirás dedicando a la natación y que llegarás a ser todo lo que siempre quisiste ser aunque yo no esté contigo para verlo. Estoy segura de que llegarás a conseguir todo lo que te propongas y aquí, en medio de Madrid, habrá una chica súper orgullosa de ti.
Quiero que te enamores, que encuentres a alguien y la dejes ser la primera en todos los sentidos de la palabra. Dile que te cuide, que te mime cuando estés malo o que te escuche cuando le cuentes tus batallitas.
Si la encuentras dile que una chica como yo se muere de la envidia por no ser ella.
domingo, 11 de marzo de 2018
Nada será igual.
Y sé que después de ti nada será igual. Tú marcaste el antes y el después de una vida caótica aportando la luz que necesitaba.
Tú fuiste mi Big Bang, mi diluvio universal, mi primera guerra nundial.
Tú me llevaste al límite, me hiciste tocar el cielo, me hiciste estremecer.
Y lo tenía todo. Todo lo necesario para levantarme cada mañana con unas ganas locas de comerme el mundo.
Ahora el mundo me come a mi.
Y sólo me queda el recuerdo de esa explosión, que al fin y al cabo me salvó la vida.
Tú fuiste mi Big Bang, mi diluvio universal, mi primera guerra nundial.
Tú me llevaste al límite, me hiciste tocar el cielo, me hiciste estremecer.
Y lo tenía todo. Todo lo necesario para levantarme cada mañana con unas ganas locas de comerme el mundo.
Ahora el mundo me come a mi.
Y sólo me queda el recuerdo de esa explosión, que al fin y al cabo me salvó la vida.
lunes, 29 de enero de 2018
Cerrar capítulos; pasar página.
Hasta hace unos minutos estaba convencida de que intentaría luchar por ti, de que intentaría darle una enésima oportunidad a lo nuestro porque te quiero. Pero yo ahora me pregunto ¿para qué? Si hace solamente una semana que me has dejado hecha una mierda en mi casa y te fuiste sin mirar atrás y ahora ya estás buscándome nueva sustituta. No me arrepiento de nada de lo que ha pasado entre nosotros, me ha servido para aprender ciertas cosas.
Cosas como que tengo que valorarme, que no tengo que cambiar por nadie si nadie no cambia por mi, que no tengo que dejar que me tomen el pelo, que se piensen que soy imbécil. He aprendido que tengo que hacerme valer.
Llevo una semana sin dormir, llorando por una persona a la que le ha importado una mierda todas las cosas que hicimos, que vivimos, las metas que superamos y las veces que nos caímos. ¿Para que voy a seguir luchando por ti si a la primera adversidad que se nos presenta decides abandonar como el cobarde que eres?
Me da pena. Me da pena haber abierto los ojos tan tarde y darme cuenta de que en tu vida no era más que un estorbo y un impedimento para vivir la vida que querías desde el primer momento. Quiero cerrar cuanto antes este capítulo de mi vida y seguir adelante.
A rey muerto, rey puesto.
Cosas como que tengo que valorarme, que no tengo que cambiar por nadie si nadie no cambia por mi, que no tengo que dejar que me tomen el pelo, que se piensen que soy imbécil. He aprendido que tengo que hacerme valer.
Llevo una semana sin dormir, llorando por una persona a la que le ha importado una mierda todas las cosas que hicimos, que vivimos, las metas que superamos y las veces que nos caímos. ¿Para que voy a seguir luchando por ti si a la primera adversidad que se nos presenta decides abandonar como el cobarde que eres?
Me da pena. Me da pena haber abierto los ojos tan tarde y darme cuenta de que en tu vida no era más que un estorbo y un impedimento para vivir la vida que querías desde el primer momento. Quiero cerrar cuanto antes este capítulo de mi vida y seguir adelante.
A rey muerto, rey puesto.
martes, 23 de enero de 2018
Sin fuerzas.
“Mira, no voy a discutir contigo, entiendo que estés dolida, entiendo que ahora te sientas mal y que busques refugio en recuerdos con X, lo entiendo perfectamente, pero no dejes que esto pare tu vida. Porque no hay razón, que si, que es un año, que si que le quieres, que si que lo que tu prefieras. Pero eso no significa que tengas que parar tu vida diaria por esto. Tienes amigos y familia, tienes trabajo, vives sola, haces lo que quieres, y ahora te vas a deprimir porque lo has dejado con un chico? Esa no es la neni que yo conozco. No te pido que lo superes mañana, pero tampoco te bases en "le echo de menos" porque si, le puedes echar de menos, pero eso no va a hacer que vuelva, no va a hacer que volváis a estar juntos. Y tienes que entender eso, comprendo que te duela, pero no puedes hacer ya nada más. No puede decir siempre "Si hubiese hecho esta de otra manera..." Vale no, lo has hecho así y ya está, no puedes volver atrás, igual que no puedes mudarte por el simple echo de que te recuerde a él. No puedes dejar de escuchar a Vetusta Morla por que él te lo haya enseñado, quédate con que has ido a muchas sitios, que has conocido a gente y comido cosas que nunca habías comido, y no porque sea gracias a X. Si habéis roto es porque así tenía que ser, y no hay más, no puedes sacar más de donde no hay, no puedes revivir algo que lleva tiempo muerto y eso tienes que empezar a entenderlo.”
Estas son las palabras que no quiero escuchar. Quiero que alguien me entienda, quiero que me dejen llorar tranquila tres, cuatro incluso cinco días si es lo que necesito. Quiero que entendáis que no puedo con esto. No puedo porque el mayor apoyo que tenia a mi lado se ha ido, me ha dejado, como todos acaban haciendo. No tengo fuerzas, no después de tanto tiempo, no después de tantos recuerdos. Me duele la vida en este momento. No tengo fuerzas para superar estos momentos. En mi casa mire donde mire todo me recuerda a X, por la calle más de lo mismo. ¡Joder! ¿Tan difícil es entender que no puedo yo sola con esto? Que ha sido un año entero de momentos, en mi casa, por la calle, con mi familia, con la suya. Todo eso pesa, y pesa de una manera que no os imagináis. No sé cómo debo actuar ahora. Le quiero, quiero estar con él, quería haber superado esto juntos, pero no hemos hecho nada ninguno de los dos y sin embargo la que se siente como una mierda en este momento soy yo. La que peor lo está pasando soy yo. Llevo desde el domingo llorando sin parar, nada me consuela y no encuentro la solución a esto.
Estas son las palabras que no quiero escuchar. Quiero que alguien me entienda, quiero que me dejen llorar tranquila tres, cuatro incluso cinco días si es lo que necesito. Quiero que entendáis que no puedo con esto. No puedo porque el mayor apoyo que tenia a mi lado se ha ido, me ha dejado, como todos acaban haciendo. No tengo fuerzas, no después de tanto tiempo, no después de tantos recuerdos. Me duele la vida en este momento. No tengo fuerzas para superar estos momentos. En mi casa mire donde mire todo me recuerda a X, por la calle más de lo mismo. ¡Joder! ¿Tan difícil es entender que no puedo yo sola con esto? Que ha sido un año entero de momentos, en mi casa, por la calle, con mi familia, con la suya. Todo eso pesa, y pesa de una manera que no os imagináis. No sé cómo debo actuar ahora. Le quiero, quiero estar con él, quería haber superado esto juntos, pero no hemos hecho nada ninguno de los dos y sin embargo la que se siente como una mierda en este momento soy yo. La que peor lo está pasando soy yo. Llevo desde el domingo llorando sin parar, nada me consuela y no encuentro la solución a esto.
jueves, 18 de enero de 2018
Quiero.
Quiero sorpresas, no promesas.
Quiero llegar a casa de trabajar y encontrarme una carta en el buzón, una en la que alguien me diga cosas bonitas. Incluso una carta de un desconocido recordándome que la vida hay que vivirla.
Quiero que me llames un día y me digas "asómate a la ventana", y que estés ahí, con el móvil en la mano, sonriendo y diciéndome "traigo la cena". Quiero llegar un día a casa y encontrarte en la cocina con las manos en la masa.
Quiero que llegues con dos entradas para ir a ver esa peli que tanto nos llamó la atención. Quiero que me invites a bailar, a salir una noche, a desconectar.
Quiero a alguien que me abrace cuando vea que algo no va bien, que algo me quita el sueño por las noches. Quiero a alguien a mi lado que me conozca más que yo a mí misma.
Quiero llegar a casa de trabajar y encontrarme una carta en el buzón, una en la que alguien me diga cosas bonitas. Incluso una carta de un desconocido recordándome que la vida hay que vivirla.
Quiero que me llames un día y me digas "asómate a la ventana", y que estés ahí, con el móvil en la mano, sonriendo y diciéndome "traigo la cena". Quiero llegar un día a casa y encontrarte en la cocina con las manos en la masa.
Quiero que llegues con dos entradas para ir a ver esa peli que tanto nos llamó la atención. Quiero que me invites a bailar, a salir una noche, a desconectar.
Quiero a alguien que me abrace cuando vea que algo no va bien, que algo me quita el sueño por las noches. Quiero a alguien a mi lado que me conozca más que yo a mí misma.
miércoles, 17 de enero de 2018
Empezar a vivir... al fin.
Soy el reflejo de esa persona a la que no quiero ver. Me planto frente al espejo y no soy capaz de mirarme, porque sé que si lo hago estaré mirando directamente a la cara a mis propios demonios. Tengo todos los errores, defectos e inseguridades marcados en algún rasguño sin cicatrizar en la espalda. Tengo los ojos tristes y la mirada perdida.
Soy un conjunto de locura y autodestrucción. Una bomba a punto de estallar. Soy dos manos temblando sin saber a qué agarrarse porque estoy encerrada en lo más profundo de mí misma. ¡Joder, no sé cómo salir de aquí!
Me partí el pecho en el intento de ser perfecta y sentí cómo se me colaron las inseguridades y los miedos. Sentí cómo poco a poco comencé a perder mi esencia y empecé a hacer de mis días una lucha interminable.
Acabé convirtiéndome en el campo de batalla de una guerra de desgaste. También me apunté a mí misma una y otra vez sin ser consciente de que si disparaba sería una vencedora vencida. Una vencida que en vez de luchar por sí misma acabó luchando por un canon que atenta contra lo increíble de cada persona. Debería haber entendido que mis defectos me hacían humana, una luchadora nata y una persona invencible.
Soy un conjunto de locura y autodestrucción. Una bomba a punto de estallar. Soy dos manos temblando sin saber a qué agarrarse porque estoy encerrada en lo más profundo de mí misma. ¡Joder, no sé cómo salir de aquí!
Me partí el pecho en el intento de ser perfecta y sentí cómo se me colaron las inseguridades y los miedos. Sentí cómo poco a poco comencé a perder mi esencia y empecé a hacer de mis días una lucha interminable.
Acabé convirtiéndome en el campo de batalla de una guerra de desgaste. También me apunté a mí misma una y otra vez sin ser consciente de que si disparaba sería una vencedora vencida. Una vencida que en vez de luchar por sí misma acabó luchando por un canon que atenta contra lo increíble de cada persona. Debería haber entendido que mis defectos me hacían humana, una luchadora nata y una persona invencible.
viernes, 12 de enero de 2018
Marcos Taboada.
"Venga, joder, no te rindas ahora. No has llegado hasta aquí para quedarte tirada. Levántate, por favor. No puedo verte así, diciendo que no vales nada y que no vas a hacer nada. Yo siempre he creído en ti. Venga, vamos, sigue luchando. Cuando te conocí, dijiste que eras de esas que luchaban hasta el final por conseguir sus metas. Ya sé que has cambiado, el tiempo hace eso con las personas que sufren. Y que esta meta es más alta que nunca. Pero en el fondo sé que esa idea sigue igual en ti, y lo único que necesitas hacer es encontrarla. Lucha, pequeña, lucha. No te creas a
esos que retuitean "como tú no hay dos, hay dos millones". Porque sabes
de sobra que es mentira, que sólo es una excusa para no sentirse tan
perdedores. Más bien créete a los que llevan por bandera algo parecido a
"you don't give up on people you love", o "we'll fight 'till it's
over", porque over significa el final de nuestra puta vida. Igual que
esa absurda gilipollez de que si falla el plan A, el abecedario tiene 26
letras más. Ignórala, ellos se equivocan. Venga, sigue, yo sé que tú
puedes. Que la dificultad te haga más bonita la escalada. Pelea por tus
sueños, que si necesitas un empujón yo te lo doy. Pero por favor, no
vuelvas a decirme que eres lo peor, que no eres capaz, no vuelvas a
decirme que hoy lo dejas. Porque no te dejo."
Marcos, querido, has dado en el clavo. Estas palabras me inspiran tanta energía. Tantas ganas de seguir luchando. De volver a marcarme metas. De conseguir lograr aquello que llevo intentando años, de ser libre. Y de ser feliz, al fin, siendo yo el motivo de esa felicidad. Y cuando sienta que no puedo más, necesito a alguien a mi lado con la misma energía que tú, que me diga que yo puedo, que me ayude a levantarme, que me eche una mano, pero no al cuello.
Marcos, querido, has dado en el clavo. Estas palabras me inspiran tanta energía. Tantas ganas de seguir luchando. De volver a marcarme metas. De conseguir lograr aquello que llevo intentando años, de ser libre. Y de ser feliz, al fin, siendo yo el motivo de esa felicidad. Y cuando sienta que no puedo más, necesito a alguien a mi lado con la misma energía que tú, que me diga que yo puedo, que me ayude a levantarme, que me eche una mano, pero no al cuello.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)